En el altiplano, cuidamos a las alpacas que dan vida a la lana. Esta vida que va surgiendo es el fundamentos de nuestro trabajo y nuestra comunidad.
El trabajo de hilar la lana, es un trabajo delicado, de paciencia y de perseverancia. Hilando la lana hemos podido vivir nuestras ancestralidad y nuestros orígenes.
Un oficio transmitido de generación en generación
Las mujeres aymara aprendimos desde pequeñas el oficio del hilado, torcido y tejido de la lana. A través de esto se expresa nuestra cultura.
Nuestro proposito es traer al presente a nuestros ancestros y con todos construir un futuro de buen vivir para la humanidad